La Comisión Ciudadana de Patrimonio Histórico nace para defender el legado histórico, etnográfico y paisajístico ante los «desmanes» municipales y autonómicos.
Ante la «deriva» y la «soberbia en la intervención» de la que han hecho gala los «gestores culturales» del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía; ante el «olvido» del patrimonio histórico; ante la «degradación» del caserío tradicional de Sevilla, y ante la prevalencia de los intereses económicos y urbanísticos sobre los generales, una plataforma ciudadana de colectivos con «distinto sesgo ideológico» se constituye en Sevilla para la defensa de «lo que queda» de su legado cultural, patrimonial, histórico, etnográfico y paisajístico. La Comisión Ciudadana de Patrimonio Histórico se presentó ayer en la sede del Ateneo con el objetivo de hacerse escuchar en relación a proyectos que los propios colectivos tildan de «caballos de batalla». Son la Torre Pelli, las interminables obras en el palacio de San Telmo, las controvertidas «setas» de la Encarnación, el «olvido» de Santa Catalina, la «relegada» Casa de los Poetas o el «insatisfactorio producto final» de los trabajos realizados sobre la fisonomía de la ciudad para la mejora de la movilidad. La comisión está compuesta por asociaciones que vienen, desde hace muchos años y con independencia del color político dominante en el Consistorio, alertando del progresivo deterioro del patrimonio local. La experiencia de Adepa, de Ben Baso, de la asociación Demetrio de los Ríos, de Retiro Obrero y de Ecologistas en Acción son las bazas con las que cuenta una organización nacida del impulso de la «sociedad civil», según destacó la presidenta del nuevo ente, Ana Ávila, acompañada en la presentación por Basilio Moreno (Retiro Obrero) y del líder vecinal del Casco Norte Ángel López Hueso. «Les pedimos a los políticos que se den una vuelta por la ciudad de forma anónima, porque Sevilla no se termina en la Plaza Nueva», aconsejó Ávila, quien predijo que ésta es una «buena forma» de que se percaten del «deterioro» del legado patrimonial de la ciudad, aquejada de «desmanes» que «ponen en peligro» su «equilibrio urbano». Reacción inmediata Recordando la alerta de Icomos, órgano asesor de la Unesco, y destacando que la lámina de agua del Guadalquivir está protegida, la portavoz de la Comisión Ciudadana de Patrimonio Histórico apuntó directamente a la Torre Pelli que proyecta Cajasol en la Cartuja, advirtiendo de que «nadie está discutiendo sobre la sombra que proyectará el edificio sobre el casco antiguo». «No estamos en contra de la torre -agregó-, sino contra su ubicación». «El entorno -adujo- es un factor primordial a la hora de decidir qué se construye, cuándo y dónde». Recibió también críticas el futuro rascacielos de Cajasol al recurrir a la «baza del empleo» para justificar un proyecto que ha originado controversia ciudadana. «Primero nos dijeron que se iban a crear 2.000 puestos de trabajo, y ayer que eran ya 4.000». «Son cifras de empleo en bruto y centradas en un sector, el del ladrillo, muy estacional e intensivo», zanjó Ana Ávila.
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