Los promotores de la Torre Cajasol, ya con el alcalde Zoido a la cabeza, se “fabrican” un congreso a medida: versando sobre el impacto patrimonial de la nueva arquitectura y celebrándose en una Sevilla marcada ya por la Torre Cajasol, a ésta casi ni se la va a nombrar. ¡Inaudito! (Aunque no tanto: no en balde son ellos quienes lo costean.)
Empieza
mañana en Sevilla aquel encuentro
internacional de expertos
que nuestro alcalde se comprometió a organizar ante la Unesco “a
cambio” de que dicho organismo no metiera a la ciudad en la Lista
de Patrimonio Mundial en Peligro por culpa de dicho rascacielos. Un
encuentro que habría de estudiar el
tema de la arquitectura contemporánea y de los paisajes urbanos
históricos,
por celebrarse antes
de finalizar 2012,
y
que
Zoido “ofertó” en la comparecencia que hizo ante la 36ª Sesión
del Comité del Patrimonio Mundial a la Unesco (San Petersburgo,
junio de 2012) para intentar salvar in
extremis su
imagen, la de Sevilla y la que es ya también “su” torre. (Lo
puesto en cursiva sale del acta de la referida sesión.)
Nos
asombra que se
haga este Encuentro Internacional sobre Arquitectura Contemporánea
en Ciudades Históricas precisamente en Sevilla. Una ciudad en cuyo
“expediente” figura ya, y para los restos, que sus fuerzas vivas
se conjuraron en su día para conseguir alzar esta torre empujando,
vulnerando y burlando para ello cuanto fuera menester. Una Sevilla
que, tras saltarse reiteradamente los requerimientos de la Unesco,
que pidió durante varios años que la construcción de la torre se
paralizara y su proyecto fuera revisado dado su impacto visual muy
negativo en el entorno del Bien, ha terminado “colándolo” por la
vía de los hechos consumados.
Bueno,
aunque nos ayuda a no asombrarnos ya tanto el observar una y otra vez
cómo se las gastan no sólo nuestros gestores de andar por casa sino
también las “muy altas esferas”, incluidos unos organismos
internacionales que, según entendemos, debieran ser inasequibles a
ciertos tejemanejes, presiones, influencias y ofrecimientos que se
nos antojan demasiado sanchopanzistas, pero ante los que se ve que
también son muy “vulnerables” incluso los comités
internacionales, sean de la Unesco, olímpicos,...
En
ese sentido, cabe recordar e interpretar en su justa medida lo que
encierran las declaraciones que en mayo pasado (publicadas por un
periódico local el día 25) hiciera el concejal y portavoz del
gobierno municipal, Curro Pérez, cuando, a cuenta de las importantes
cautelas que la Unesco había manifestado ante el pretendido dragado
en profundidad del río Guadalquivir, afirmó sin ambages ni rubor
alguno que en el Ayuntamiento “ya sabemos
cómo funciona la Unesco”. Añadiendo que, “si pudimos
desbloquear la Torre
Pelli”, no habrá ningún problema en este otro asunto. Y lo más
grave y penoso no es el desahogo que demuestra tan alto representante
del Ayuntamiento con sus afirmaciones, sino que estás, por
desgracia, obedecerán a la realidad.
No
obstante, también
nos sorprende
que
se monte un encuentro de este tipo, que además se monta por lo que
se monta (nótese que decimos “por” y no “para”), sin contar
con las universidades sevillanas y sus especialistas en las diversas
disciplinas relacionadas con el patrimonio cultural. Que tampoco se
haya contado con profesionales críticos con las intervenciones
urbanísticas que más impacto han tenido sobre el paisaje de la
propia ciudad anfitriona (como la Torre Cajasol, “las Setas” de
la Encarnación,...). Y que, como debiéramos habernos esperado,
tampoco hayan invitado a participar a unas asociaciones de defensa
del patrimonio, ni locales y de temática específica (como sería
¡Túmbala!) ni más generales, que han demostrado a lo largo de años
poseer argumentos, especialistas y verdadero y altruista interés y
perseverancia en la defensa de nuestro común patrimonio cultural.
En
todo el programa del encuentro sólo hay una ponencia, en un total de
dieciocho, dedicada a Sevilla. Veremos qué dice.
Y,
por último y como remate, nos
sorprende igualmente
que para desarrollar este encuentro se haya elegido como sede la
Capitanía
General Región Sur de la Fuerza Terrestre del Ejército Español.
Porque nos preguntamos si de verdad no había en toda Sevilla mejor
lugar que un salón de actos militares, que estará custodiado por su
correspondiente guardia armada, para celebrar unas jornadas que
deberían ser debate académico y ciudadano. Pareciera que quienes
estén detrás de dicha elección quieran, incluso con “detallitos”
como éste, “coartar y prevenir” las manifestaciones contrarias a
ese orden de cosas establecido tan “atado y bien atado”...; en
definitiva, seguir intentando evitar como hasta ahora el debate libre
y democrático sobre tan importante y polémico asunto.
Ojalá
que nos equivoquemos, y que este encuentro sirva en verdad para
ayudar a establecer unos mejores criterios de intervención a la hora
de actuar en ciudades y entornos de altos valores patrimoniales. Pero
todo apunta a lo que nos temíamos, en cuanto se supo de la “oferta”
del alcalde: que este encuentro está auspiciado y enfocado desde las
posiciones que abogan por una mayor laxitud y flexibilidad a la hora
de admitir nuevas actuaciones arquitectónicas y urbanísticas en tan
señalados ámbitos urbanos; unas posiciones que, en España, tienen
uno de sus máximos adalides en el lobby de alcaldes de las ciudades
declaradas Patrimonio Mundial (entre las que no está Sevilla, pero a
las que Sevilla pretende aproximarse). Y apunta también a algo que,
siendo también malo, al menos sería menos malo: que la cosa se
quede en uno más de esos encuentros perfectamente prescindibles
desde el punto de vista científico y académico, si bien
beneficiosos para los contactos interpersonales, para la hostelería
y demás negocios afines.
Aunque
la factura de este encuentro se dice que la van a pagar la promotora
del rascacielos, Puerto Triana, S.A., y el Ministerio de Cultura,
¿cuánto le va a costar finalmente a la ciudad de Sevilla? Un
altísimo precio; tanto alto como la torre que ya se enseñorea de su
cielo.
Plataforma ciudadana ¡Túmbala! contra la Torre Cajasol
http://
Arquitectura y Compromiso Social, Ecologistas en Acción, Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico de Andalucía (ADEPA), Asociación de Profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio Histórico "Ben Baso", Asociación Demetrio de los Ríos para la Defensa de Patrimonio, Foro Social de Sevilla, Universidad y Compromiso Social, Asociación Histórica Retiro Obrero, Asociación Andaluza de Antropología, Plataforma Ciudadana por los Parques y Jardines de Sevilla, Coordinadora de Asociaciones Independientes de Sevilla, Asociación Amigos de los jardines de la Oliva, Casa de la Paz, Asociación Casa del Pumarejo, Centro Vecinal Pumarejo, Comité Pro Parque Educativo Miraflores, Baetica Nostra, Asociación para la Defensa del Territorio del Aljarafe (ADTA), Asociación AL-GEA, Asociación Europea de Jóvenes Geógrafos (EGEA)-Sevilla
Por mucho que se empeñen en imponernos la torreta, animo a todos los que nos oponemos a esta barbaridad descomunal, a seguir expresando nuestro malestar por este sinsentido absurdo.
ResponderEliminarHe asistido a las jornadas, y se ha criticado reiteradamente el impacto de la torre en el paisaje histórico de Sevilla. Si estos ponentes eran los que iban a defender la torre, no sé que hubiesen dicho otros más severos. Lamentablemente no hay vuelta atrás.
ResponderEliminarPues les tiene que haber sentado como una patada en los mismísimos al Pulido y toda su cohorte de aludadores. Monto un congreso expresamente para autobendecirme y resulta que a los que estoy (perdón , estamos) pagando, me ponen a parir.
ResponderEliminarPara descojonarse.
Por qué será que pienso que todos los que critican esta torre viven de los presupuestos públicos de una u otra forma. Supongo que les saldrá una úlcera el día que la torre se inaugure y el público SEVILLANO haga colas para subir arriba y contemplar el paisaje como jamás pudo contemplarse antes... especialmente la bellísima estampa que se podrá ver del centro de Sevilla con su catedral y su Giralda especialmente. ¿Lo habían pensado alguna vez... pandilla de retrógrados?
ResponderEliminarOtro comentario falaz de los defensores a ultranza del "progreso". Todo el que se opone a vuestro "progreso" es un carca, retrógrado.... bla, bla , bla..., vamos lo de siempre. Ahora sí, demuestra bien a las claras (pero que muy bien), qué clase de personajes sois. O estáis pagados directa o indirectamente por el promotor, o sois constructores, o militáis en el partido político promotor de la torre.
EliminarOtro comentario edificante, Anónimo 18 de Noviembre.
Este señor/a presupone que el que critica lo que se opone a su idea de progreso, es un retrogado, o que vivimos de los presupuestos públicos, simplemente porque.........no pensamos como él (ella).
ResponderEliminarNo se ha parado a pensar (sí pensar), que destinar dinero público para construir un edificio de oficinas de progreso tiene poco.
No se ha parado a pensar, que el promotor es un banco ( antigua caja de ahorros) cuya misión es conceder crédito .
Y.... puestos a pensar ( ánimo, ya se que cuesta) , con ese crédito es con lo que las pymes pueden pagar las nóminas de sus trabajadores, invertir en equipos y bienes para mejorar la competitividad, exportar...., en definitiva crear riqueza.
Afirma que el paisaje de Sevilla desde lo alto de la Torre será espectacular..... claro....¡¡¡Venga ya!!!! ¿No me diga?. Pero yo sigo pensando (tengo ese defecto).
¿Será espectacular porque durante siglos se ha mantenido el equilibrio visual de los monumentos más representativos de la ciudad?
¿Será espectacular porque desde lo alto de la Torre es casi el único sitio donde no se puede ver la propia Torre?
¿Qué hubiera ocurrido si desde principios de siglo se hubieran construido rascacielos?
¿Hace falta este tipo de construcción?
¿A quién beneficia?
¿Qué APORTA a la ciudad?
..... y más preguntas que se hace uno .
En definitiva Anonimo 18 de Noviembre, pensar nos ayuda a desarrollar una conciencia crítica y no a aceptar las cosas porque sí ( o porque sean "modernas"); siendo ese desarrollo y ejercicio de esa conciencia lo que nos hace libres, cosa que por tu comentario dudo que seas.
Parece que os creéis que tenéis toda la razón para imponer vuestros criterios de progreso, cuando no hacéis más que actuar como borregos.
Lamento que carezcas del ejercicio de la duda. A lo mejor te darías cuenta de que no existe la razón, sino ...las razones.