COMUNICADO DE PRENSA
Sevilla, 24 de junio de 2011
Sevilla, 24 de junio de 2011
De nuevo se limita a criticar el proyecto y pedir que se paralice a obra
El Comité de Patrimonio Mundial, reunido en París, trató ayer sobre el rascacielos que se está alzando en Sevilla: vuelve a cuestionar el edificio, pide que se reconsidere el proyecto y que se pare su construcción. Prácticamente un calco de las dos resoluciones previas. Pero la torre no ha parado de elevarse a pasos acelerados. Al ritmo actual, para cuando UNESCO quiera por fin adoptar una medida mínimamente “seria”, dentro de un año como muy pronto, la torre será ya irreversible. Unas inexplicables dilaciones que fomentan, que dan alas a la política de hechos consumados. El nuevo alcalde, magistrado de profesión, ¿va a permitir tamaña burla a los acuerdos, compromisos y normativas nacionales e internacionales?; ¿tamaña afrenta al nombre, a la “marca Sevilla”?
El caso de Sevilla y su rascacielos entró ayer tarde a debate en la reunión que el Comité de Patrimonio Mundial mantiene en París, del 19 al 29 de este mes, siendo aprobada la resolución propuesta desde sus instancias directivas. Una resolución que viene a ser casi un calco de las dos que ya adoptó dicho órgano de UNESCO en sus reuniones de 2009 (Sevilla) y 2010 (Brasilia). Es decir: vuelve a “tomar nota” de que la obra no se ha parado, tal y como ya pidió las dos veces anteriores; expresa de nuevo su preocupación por el impacto potencial que el edificio tendrá sobre el paisaje urbano del bien y de sus alrededores; insiste en que se detenga la obra; en que se reconsidere el proyecto para evitar cualquier peligro de impacto sobre el bien; y en que se elabore un nuevo informe de cara a la evaluación de la siguiente reunión del Comité, dentro de un año.
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Sevilla se ha librado nuevamente de entrar en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, retrasándose al menos otro año más la única medida que, parece, haría a la entidad promotora y autoridades responsables reconsiderar el proyecto antes de que sea ya realmente tarde. Porque, si las obras no se paran, dentro de un año los trabajos estarán muy avanzados, seguramente con el armazón completo ya construido. Y UNESCO se lamentará nuevamente de que no se haya tenido en cuenta su decisión, y hasta puede que meta a Sevilla en la “lista negra”, pero la Torre Cajasol-Banca Cívica ya estará construida y el daño será irreversible.
Todas las instituciones locales, regionales, nacionales e internacionales de protección del patrimonio, con todos sus especialistas, informes, normativas y acuerdos, no habrán servido de nada ante los intereses particulares de un banco, sus benefactores y sus beneficiados. Es decir, una flagrante, prominente y descarada aplicación de la tristemente conocida política de hechos consumados, tan vieja y manida como efectiva a la postre.
¡Y desde la plataforma ciudadana Túmbala estamos indignados! Porque, si bien el referido Comité de la UNESCO se merece, de entrada, todo nuestro respeto, ciertos movimientos, dilaciones, consentimientos, inacciones,... que venimos observando y conociendo, nos evidencian que este órgano, como cualquiera, está constituido por personas que en su actuar son más o menos rigurosas y consecuentes con sus obligaciones, que empiezan por el respecto a las normas; más o menos “accesibles” a las presiones de los gobiernos, de los poderosos. En fin, que ni las instancias internacionales más teóricamente “elevadas” se libran de lo que estamos hartos e indignados de ver por aquí “abajo”. Sinceramente, estas gentes, con su proceder, no nos representan; tampoco ellas nos representan.
Pero volvamos al detalle de lo acontecido en París. Porque, retomando la cuestión de los informes y según lo que ha podido saber ¡Túmbala!, el entregado recientemente en París por el ex alcalde en su último viaje en el cargo, obra de su arquitecto “de confianza” Jaime Montaner, sorprendentemente no menciona más que una sola vez la Torre Cajasol, y para decir que no tiene impacto negativo alguno y que su construcción es ya irreversible. De manera que el Comité ha señalado que este segundo informe que entregan las autoridades españolas a petición suya no aborda lo que se pidió en la resolución de Brasilia, hace un año: ni replantea el proyecto ni detalla las medidas tomadas para evitar todo posible impacto negativo sobre los valores universales del bien. Y por eso desde UNESCO se vuelve a pedir otro informe al Estado Parte, las autoridades españolas, que sería ya el tercero, por entregar antes de febrero de 2012.
Como no ha tenido lugar aún esa “misión consultiva” del Comité de Patrimonio Mundial, no obstante haber transcurrido ya dos años desde que se anunciase (reunión de Sevilla, 2009), que enviaría un equipo de especialistas a comprobar in situ los pormenores de la obra y de su posible afección patrimonial, nos encontramos con que la resolución que el Comité ha adoptado en París carece de una información esencial para poder evaluar la cuestión oportunamente.
El Comité, así mismo, requiere al Estado Parte que le informe de todas las novedades en relación con la construcción de la Torre Cajasol, y de cualquier otro proyecto o actuación prevista en las zonas con posible afección al bien declarado. Dicha información previa, preventiva, si las autoridades españolas la hubiera facilitado en su día en relación con la Torre Cajasol, como era su obligación, nos habría ahorrado llegar a esta desquiciada e indignante situación.
Este órgano de UNESCO también hace referencia a las entidades ciudadanas de Sevilla, gracias a las cuales ha recibido información regularmente acerca de la marcha de las obras, pues no han sido paralizadas en ningún momento a pesar de haberlo pedido el Comité en las dos ocasiones anteriores. E incluso a la campaña de tarjetas postales que se le hizo llegar masivamente, reclamándole al Comité el envío de la “misión consultiva” que anunció hace dos años.
¡Túmbala!, dada la grave situación, se plantea de qué forma urgente hacerle llegar al Comité su preocupación por lo avanzado de las obras y su cada vez más frenético ritmo de trabajo; y por vislumbrarse demasiado claramente un nuevo ejemplo, pero notorio como pocos, de la clásica política de hechos consumados que, en este caso, compromete bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, así como la posible ampliación futura de los bienes y ámbito urbano de Sevilla calificados con esa categoría, pretendida por la anterior corporación.
Le reclamamos al Comité de Patrimonio Mundial que envíe, ya sin mayores dilaciones, la prometida y necesaria “misión consultiva”, constituida por un grupo de especialistas reconocidos que puedan trabajar libre de presiones e intereses espurios. Y que no dilate más la adopción de medidas lo suficientemente coercitivas para garantizar que los valores universales del bien no sean menoscabados por una actuación que, además, es perfectamente prescindible o revisable.
Pero, mientras tanto, exigimos al nuevo alcalde de Sevilla, Sr, Zoido, que a diferencia de su predecesor, Sr. Sánchez, asuma de inmediato la petición de UNESCO, nuevamente reiterada: la paralización de la construcción de la Torre Cajasol. Y que, ¡por Dios!, no se le ocurra fichar a un gerifalte de Cajasol como nuevo Gerente de Urbanismo. ¡Pero cómo se le puede ocurrir tal cosa!
Tomar el tremendo impacto visual "lo rojo es la torre" :
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¡¡No veáis que impacto!!