11 de junio de 2010

Las Diez Nuevas Enseñanzas de la Torre Cajasol

ANTONIO JARAMILLO MORILLA,
Doctor Arquitecto, Catedrático de Ingeniería del Terreno de la Universidad de Sevilla.

He tenido la oportunidad de ver el proyecto de la Torre Cajasol, tras tres solicitudes por escrito a la Gerencia de Urbanismo, y he descubierto unas Diez Nuevas Enseñanzas que quiero compartir con el público en general.

1. Los criterios para medir la edificabilidad del Plan General, pueden ser cambiados con un Plan Especial.

Los cerramientos exteriores cuentan cómo metros edificados en toda la ciudad de Sevilla, excepto en la Torre Cajasol. Si usted tiene en su vivienda un cerramiento exterior de 30 cm, aunque no lo pueda pisar, contabiliza como construida y se incluirá en el máximo que pueda edificar. La Torre Cajasol cuenta con dos fachadas con un espacio de circulación entre ambas en sus más de 40 plantas. Mediante un artículo inventado especialmente para la Torre no contabiliza toda esa superficie.
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2. Las escaleras, pasillos, plantas mecánicas y zonas de ascensores tampoco contabilizan, porque ocupan mucho espacio.

Los pasillos y escaleras, vestíbulos, incluso huecos de los ascensores, contabilizan como superficie edificada en toda Sevilla, salvo en la Torre Cajasol.

Al ser un edificio singular, no contabiliza la edificabilidad en pasillos, escaleras, vestíbulos, fachadas, zonas técnicas, etc. Cambia el criterio de medición del Plan General, sólo para la Torre Cajasol.

3. Aquí pueden construirse salones de actos y espacios con altas concentraciones de personas en segundos sótanos.

Tras hechos tan trágicos como el incendio de la discoteca Alcalá en Madrid, se impuso limitar los usos que suponen concentración de personas bajo el nivel de la calle en locales de riesgo (reuniones, comerciales, hostelería, etc).

¡No había sitio suficiente en las más de 40 plantas del edificio y en la parcela de más de 400 metros de longitud y han tenido que poner salones de actos en el segundo sótano sólo para construir más!

4. Todas Las escaleras de los edificios necesitan ventilación e iluminación natural, pero en la Torre, con más de 40 plantas, pueden estar totalmente interiores.

La justificación es creativa: es normal en este tipo de edificios que las escaleras sean interiores y así se harán. Esto obliga a todo un sistema de iluminación y ventilación artificial. ¿Conocen el síndrome del “edificio enfermo”?. Afortunadamente, todos en Sevilla estamos obligados, muy saludablemente, a iluminar y ventilar a fachada o patios, excepto la Torre Cajasol.

5. Olvidemos que los pilares tengan que ir unos encima de otros hasta el suelo. Podemos apoyar la gran mayoría sobre vigas flexibles.

La falta de estudio de la modulación de pilares de las plantas superiores e inferiores, es evidente. Han ido a la solución fácil: apoyar casi todos los pilares sobre vigas de gran canto (dos metros) en el forjado de transición. Si sumamos la altura de los dos sótanos y el canto de las vigas de dos metros: ¿Cuál es la altura de evacuación para incendios?

¿No estaba totalmente desaconsejado el apoyo de pilares en vigas por la Norma Sísmica?.

6. Las juntas estructurales en la Torre Cajasol no son necesarias, aún teniendo más de cuatrocientos de metros de longitud, de forma irregular, con partes elevada sobre el terreno y zonas subterráneas, sin que les afecten las temperaturas de Sevilla.

Ya se encargará “el Lorenzo” de enseñarnos cuando se ponen las juntas.

7. Los anclajes de hormigón y acero que sujetan las pantallas perimetrales de hormigón ocupan los terrenos vecinos (públicos o privados), en rellenos que son vertederos recientes y en la zona de influencia de las aguas del Guadalquivir.

Nadie puede hacerlo sin contar con autorización previa o expropiación justificada: la Torre Cajasol lo hace. Incluso los sujetan en rellenos recientes (Expo 92). Los anclajes llegan hasta la zona de servidumbre del río.

8. Una torre puesta en las rutas aéreas siempre puede doblarse para permitir el paso de los aviones.

Lo publicado por el Ministerio de Fomento y algunos pilotos es suficientemente claro: la Torre molesta para el descenso de los aviones al Aeropuerto de San Pablo. La enseñanza es clara: no pida el informe obligatorio a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Fomento antes de empezar las obras. Se evitan problemas. Política de hechos consumados, aunque su construcción pueda suponer un riesgo importante para la aviación y un problema para el uso futuro del aeropuerto de San Pablo. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea ha abierto expediente sancionador a Puerto Triana por invadir servidumbres aeronáuticas.

9. Los estudios de tráfico podemos cambiarlos alterando los horarios reales.

Ya se produce un caos y atasco de tráfico imposible de resolver en ésta zona de Cartuja, salida Oeste de la ciudad: pase por allí a las tres de la tarde. La nueva construcción lo empeorará sensiblemente. En el estudio de tráfico se llega a alterar los horarios reales de las oficinas de la Torre para disimular el futuro caos.

10. Presentar el Proyecto de Ejecución para comenzar las obras es obligatorio para todos, excepto para la Torre, aún sin ser urgentes, y omitiendo en los avales los conceptos más cuantiosos.

La Gerencia de Urbanismo pidió una fianza de restitución. Los anclajes y las pantallas ya ejecutados (varios millones de euros) fueron suprimidos en el aval. ¿Qué pasa con las pantallas de hormigón y los anclajes de acero y hormigón que se encontrarán los vecinos? ¿Quién paga su arranque?.

Estas Diez Nuevas Enseñanzas, podemos resumirlas en dos:

* No todos somos iguales ante el Plan General de Sevilla. Los proyectos pueden ser revisados con criterios diferentes en función del Promotor. Se admiten justificaciones como “es normal en otros sitios, aunque vaya en contra de la norma para todos (Plan General).

* Los rascacielos son elásticos y osmóticos: pueden esquivar los aviones mediante un giro de cinturilla adecuado (estructuras inteligentes), no necesitan juntas estructurales, y permiten el paso del agua subterránea de forma invisible por los garajes.


Animo todos a que conozcan estas Diez Nuevas Enseñanzas y solicitar que nos las apliquen en los futuros proyectos.

4 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, colega.
    Pero ya sabes que, en este país, lo obvio no lo es siempre, dependiendo de cual de las dos españas te esté escuchando.

    Jose E. Balabasquer López
    Arquitecto

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  2. No le veo problema alguno a esa torre, siempre que tenga cierto espacio libre alrededor claro.
    Es mas bonita una ciudad con torres altas y espacios verdes que una con un continuo de casas de dos plantas que si lo veo horrible.

    Hay que ir hacia arriba para liberar parte del suelo.

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  3. En Febrero de 1887, apenas unos días después de comenzada la construcción de la Torre Eiffel el 28 de enero de 1887, una serie de intelectuales y artistas se escandalizaban del proyecto que iba a tomar forma en la Exposición de 1889 y escribieron la ya famosa “Protesta de los artistas”, denunciando su mal gusto y el horrible efecto que iba a provocar en la Exposición. La firmaban entre otros Ernest Meissonier, Charles Gounoud, Charles Garnier, William Bouguereau, Alexandre Dumas (hijo), François Copée, Leconte de Lisle, Sully Prudhomme y Guy de Maupassant.

    Decían entre otras cosas:

    "Escritores, escultores, arquitectos, pintores y aficionados apasionados por la belleza hasta aquí intacta de París, queremos protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación, en nombre del gusto francés mal apreciado, en nombre del arte y de la historia franceses amenazados, contra la erección, en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa Torre Eiffel. ¿La ciudad de Paris será por más tiempo asociada a las barrocas y mercantiles imaginaciones de un constructor de maquinas para deshonrarse y afearse irreparablemente? Pues la Torre Eiffel, que ni la misma y comercial América querría, es, no lo duden, la deshonra de París. Todos lo sienten, todos lo dicen, todos se afligen profundamente, y no somos más que un débil eco de la opinión universal, tan legítimamente alarmada. Por último, cuando los extranjeros vengan a visitar nuestra Exposición, exclamaran sorprendidos: “¿Cómo? ¿Éste es el horror que los franceses han encontrado para darnos una idea del gusto del que tanto presumen?” Tendrán razón si se burlan de nosotros, porque el París de los góticos sublimes, el París de Puget, de Germain Pilon, de Jean Goujon, de Rudé, de Barye, etc., se habrá convertido en el París del Señor Eiffel.”…

    Esto no es todo, los calificativos que prodigaron a la torre cuando se hubo terminado iban desde considerarse una “trágica lámpara de calle” a un "esqueleto de atalaya”, pasando por otras consideraciones tales como “mástil de hierro de aparejos duros, inconclusos, confusos, deformes”; “pirámide alta y flaca de escalas de hierro, esqueleto gigante falto de gracia, cuya base parece hecha para llevar un monumento formidable de Cíclopes, aborto de un ridículo y delgado perfil de chimenea de fábrica”, o como “un tubo de fábrica en construcción, un armazón que espera ser cubierto por piedras o ladrillos, esta alambrera infundibuliforme, este supositorio acribillado de hoyos”.

    http://www.artecreha.com/Textos/la-qhorribleq-torre-eiffel.html
    En la misma publicación Gustav Eifel reponde a esta protesta en una entrevista concedida a Paul Bourde de Le Temps.
    "Creo, por mi parte, que la Torre tendrá su propia belleza. Por el hecho de ser ingenieros, ¿se cree acaso que la belleza no nos preocupa en nuestras construcciones y que al mismo tiempo que las hacemos sólidas y duraderas, no nos esforzamos en hacerlas elegantes? ¿Es que las verdaderas funciones de la fuerza no se corresponden siempre con los acondicionamientos secretos de la armonía? ……….. darán una gran impresión de fuerza y de belleza; ya que traducirán ante la mirada la osadía de la concepción en su conjunto. Al igual que los numerosos vacíos existentes en los propios elementos de la construcción acusarán fuertemente la constante preocupación de no exponer inútilmente a las violencias de los huracanes, superficies peligrosas para la estabilidad del edificio. Existe por otra parte en lo colosal, una atracción, un encanto propio, a los que no pueden aplicarse las teorías de arte habituales".

    Yo soy un enamorado de Sevilla, sus gentes, muchas historias y tradiciones, y por esto quiero defender la torre que nace de un arquitecto como Cazar Pelli.

    John Arnold Lafuente
    arquitecto,

    San Pablo de Buceite, Cádiz.

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  4. En Febrero de 1887, una serie de intelectuales y artistas se escandalizaban del proyecto que iba a tomar forma en la Exposición de 1889 y escribieron la ya famosa “Protesta de los artistas”, denunciando su mal gusto y el horrible efecto que iba a provocar en la Exposición. La firmaban entre otros Ernest Meissonier, Charles Gounoud, Charles Garnier, William Bouguereau, Alexandre Dumas (hijo), François Copée, Leconte de Lisle, Sully Prudhomme y Guy de Maupassant.

    Decían entre otras cosas:

    "Escritores, escultores, arquitectos, pintores y aficionados apasionados por la belleza hasta aquí intacta de París, queremos protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación, en nombre del gusto francés mal apreciado, en nombre del arte y de la historia franceses amenazados, contra la erección, en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa Torre Eiffel……..”

    En la misma publicación Gustav Eifel reponde a esta protesta en una entrevista concedida a Paul Bourde de Le Temps.
    "Creo, por mi parte, que la Torre tendrá su propia belleza. Por el hecho de ser ingenieros, ¿se cree acaso que la belleza no nos preocupa en nuestras construcciones y que al mismo tiempo que las hacemos sólidas y duraderas, no nos esforzamos en hacerlas elegantes? ¿Es que las verdaderas funciones de la fuerza no se corresponden siempre con los acondicionamientos secretos de la armonía? .......Existe por otra parte en lo colosal, una atracción, un encanto propio, a los que no pueden aplicarse las teorías de arte habituales".

    Yo soy un enamorado de Sevilla, sus gentes, muchas historias y tradiciones, y por esto quiero defender la torre que nace de un arquitecto como Cazar Pelli.

    John Arnold Lafuente
    arquitecto,

    San Pablo de Buceite, Cádiz.

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